lunes, 2 de diciembre de 2013

VIOLENCIA NATA



BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA

Presenta:
Ana Karen Sandoval Pérez


Título:
LA VIOLENCIA NATA


Tesis:
La violencia es natural a los humanos, o se adquiere culturalmente.




Introducción:
Cuando pensamos en violencia, por lo general lo asociamos con rudeza, la brutalidad y el crimen de la que nos informan los medios. Pero hay otro tipo de violencia, más cercana y cotidiana pero igual perjudicial (Verónica  Guerrero Mothelet).
Desde la definición ABC, se entiende por violencia a aquellos actos que tengan que ver con el ejercicio de una fuerza verbal o física sobre otra persona, animal u objeto y que tenga por resultado la generación de un daño sobre esa persona u objeto de manera voluntaria o accidental. La violencia es uno de los actos más comunes del ser humano y es difícil determinar a ciencia cierta si el ser humano es capaz de vivir en sociedad sin ejercer ningún tipo de violencia, por lo tanto, es un comportamiento deliberado que puede provocar daños físicos y psicológicos al prójimo, además puede, ser ejercida por una persona sobre sí misma.
De acuerdo con la “Organización Mundial de la Salud (OMS),  2010” la violencia es una de las principales causas de muerte, a nivel mundial, para las personas de entre 15 y 44 años. A la violencia se le atribuyen, en promedio, el 14% de las defunciones de varones y el 7% de mujeres. Y por cada persona fallecida como resultado de la violencia extrema, existen muchas otras que padecen consecuencias derivadas de violencia física o psicológica en forma de abuso, maltrato o intimidación infantil, violencia doméstica y de género, acoso laboral y discriminación social, las conductas violentas de los humanos ha sido un tema importante de investigación en filosofía, sociología, biología, psicología y psiquiatría. Pero una aserción de ellas a demostrar es si la violencia es inherente a los humanos, o se adquiere culturalmente. Por esto, es el objetivo de este ensayo para demostrar y desmentir las diferentes creencias que se han ido formando.



CIVILIZACION ARTIFICIAL
     El origen de las conductas violentas, por el lado del Contrato Social, encontramos una referencia crítica, en el siglo XVIII, Jean-Jacques Rousseau en su obra: Caballero, en Naturaleza y Derecho,1996 afirmaba en su teoría contractualita, El hombre es bueno por naturaleza, la sociedad es quien lo corrompe”, en lo referente a la concepción de esta teoría, a la civilización artificial la cual despertaba el rechazo para la teoría republicana.  (p. 148).
Con lo que se refiere, cuando una persona nace, no hay nadie que vaya a su cuna y le diga "Tú serás bueno, tú malo, tú terrorista y aquel de allá será pacifista". No, no lo hay. Así pues, el ser humano es malo por educación y no por naturaleza. Dependiendo del ambiento donde haya sido criado y educado, dependiendo de sus factores de socialización que haya tenido al alcance, será bueno, o malo. Una persona puede creer que la sociedad incita a corromperse por ejemplo, la sociedad es un conjunto de personas que conviven e interactúan, uno aprende comportamientos que quizás no sean de su propia naturaleza, y de esa forma uno se corrompe, otro punto de vista es verlo desde el otro lado el hombre trae comportamientos corrompidos a la sociedad.
Para empezar, el hombre no es malo ni bueno por la naturaleza, en la naturaleza no existe lo bueno y lo malo. Eso es un invento del propio humano y es una manera que tenemos de ver las cosas, es decir, el hombre nace bueno y malo, pero no sabe distinguirlo. Entonces es el entorno, la sociedad quien le dice qué es bueno y qué es malo y que lo malo no lo tiene que hacer. Pero también  hay hombres que nunca distinguen lo bueno de lo malo, o que no consideran malo algo que los demás si, o puede que directamente no le importa porque lo educaron así. Igual, hay quienes nacen propensos para hacer cosas que en esta sociedad se considera malo, y hay quienes no, al menos que la persona sufra algún tipo de trauma en su vida, pues, siempre se puede educar a la persona para que no moleste a su entorno.
Para terminar, a mi juicio, nada se corrompe, si no hay semillas de corrupción en su interior. La libertad en el ser humano es un gran don o regalo, que el hombre debe aprender a usar .Por eso se dice que la libertad es una espada de doble filo, o te construye o te destruye .La sociedad, la formamos todos, unos antes otros después. Los valores y los principios, permiten formar personas libres y responsables, por lo tanto la sociedad será más humana, más buena, menos corrupta y si cada uno aporta su granito de arena.



EMOCIONES DE VIOLENCIA:
     Con respecto, y, por el lado psicológico, la Dra. Ostrosky-Solís, F. en su obra, Mentes asesinas la violencia en tu cerebro. Explica que todos nacemos con un grado de violencia natural, que contenemos para posteriormente utilizar cuando se da el motivo u la ocasión. “El enojo extremo e incontrolado genera ira yésta, además de ser la emoción más peligrosa, es probablemente la fuente de algunos de los principales problemas que amenazan a nuestra sociedad.” (2008). México: Quo Libros. (Pág. 26)
Podemos decir que de alguna manera, todos conocemos lo que es el enojo puesto que lo hemos experimentado, ya sea como una molestia pasajera o como una explosión de ira. A pesar de ser una emoción humana sana, cuando sale de nuestro control se puede convertir en una emoción destructiva que conduce a problemas familiares, sociales y laborales y que afecta seriamente la calidad de vida.
El enojo puede ocurrir como una respuesta a la frustración, la cual, a su vez, surge cuando no obtenemos lo que deseamos, o cuando alguien o algo interfiere con la obtención de una meta deseada y anhelada.
Los acontecimientos que provocan frustración pueden ser físicos De esta manera podemos ver cómo el enojo puede ser un motor que nos ayuda, en algunas ocasiones, a obtener lo que deseamos. Sin embargo, hablamos de un arma de dos filos, puesto que podemos utilizarlo inconscientemente para culpar a los demás de nuestras limitaciones, para justificar nuestra opresión hacia otros, para elevar nuestro ego, para disfrazar nuestros verdaderos sentimientos, o bien para ocultar otras emociones.
Algunas personas, bajo las circunstancias negativas, encuentran placentero el dañar, maltratar y destruir. Desafortunadamente, en la vida cotidiana es posible encontrar múltiples ejemplos de este tipo de personalidades.
Así, por ejemplo, Feggy Ostrosky, señala que “los hombres que agreden a su mujer y demandan la atención de la más mínima necesidad; la madre que se impone a sus hijos y abusa de su debilidad; o bien, los jefes que desde su pequeño coto de poder gozan abusando de la autoridad humillando a los empleados de rango inferior. Se arguye con frecuencia que la agresión en el humano no es innata, sino aprendida, imbuida con la cultura.”
Es por esto, que se presentan en diferentes niveles, que van desde el abuso doméstico hasta el crimen en las calles y el homicidio. Ahora es de pensar, que algunos de los criminales son capaces de hasta lastimas a sus propios familiares también lo son para un extraño. (Pág. 52)

Conclusiones:
Estas teorías parecen estar en una controversia que aún no ha podido zanjarse, pero muchas evidencias apuntan a que, como siempre, parece existir la doble influencia de la naturaleza y el medio. Pues sí que, los seres humanos contamos con la violencia nata, que no es mala, al contrario, es necesaria para la conservación de  cada individuo, ya sea, para poder defenderse o subsistir sin la sociedad, sin embargo no hay que dejar pasar por alto otros tipos de violencia, más cercanos y cotidianos, que incluso puede estar afectando nuestra vida y actividades diarias, estas otras formas de violencia son igualmente perjudiciales, al grado de situarse como uno de los posibles factores que desencadenan la violencia mayor. Con ayuda de estas y otras disciplinas, junto con novedosas herramientas, se han conseguido avances, pero todavía hay muchas incógnitas sobre este fenómeno “violencia”.

Biografía:
Jean-J Rousseau ,Caballero, en Naturaleza y Derecho,1996  (p. 148)
Ostrosky-Solís, F. Mentes asesinas la violencia en tu cerebro. (2008). México: Quo Libros. (Pág. 26)

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